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FICHA TÉCNICA
Orden: Lagomorfos
Familia: Leporidos
Género: Oryctolagus
Especie: Oryctolagus cuniculus (Linnaeus, 1758)
Subespecies presentes: .Una sola especie en al Península Ibérica. Aun cuando otros estudios taxonómicos más recientes consideran la presencia de 2 subespecies: la Oryctolagus cuniculus algirus, con presencia limitada a Galicia, Portugal y la mitad del suroeste peninsular, y es de tamaño corporal algo más pequeño que la otra especie, la Oryctolagus cuniculus cuniculus, que ocupa el resto del territorio peninsular, subspecies de la que se considera proceden todas las razas de conejo doméstico. Longitud del cuerpo: entre 40 y 45 cms.
Longitud de la cola: de 4 a 6 cms. Longitud de las orejas: De 7,5 a 9 cms.
Alzada a la cruz: De 15 a 20 cms.
Peso: De 900 a 1.500 gramos. Status de la especie: Especie cinegética que no se encuentra amenazada, ni en peligro.
DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE
Popular mamífero de mediano tamaño, pelo suave y corto, orejas largas y rabo corto, es una especie fundamentalmente crepuscular y nocturna que constituye pieza clave en nuestra fauna y que hasta 1912 (J. W. Gridley) se incluía dentro de los roedores, por su similitud con los mismos, si bien a partir de esta fecha se incluyó taxonómicamente dentro del grupo de los lagomorfos, al ser evidentes las diferencias ente uno y otro orden: los roedores tienen un par de incisivos en la mandíbula superior que encajan perfectamente con el par correspondiente de la mandíbula inferior; mientras que los lagomorfos tienen más desarrollados los dientes de la mandíbula superior que no encajan con los de la inferior (de aquí que se llame a este tipo de dientes tan característicos de la especie como “dientes de conejo”).
El conejo es una especie muy antigua, de modo que por los estudios fósiles se ha podido determinar que antes de la última glaciación abundaban en una amplia zona de Europa, que incluía a países como Francia, Bélgica, Alemania o la isla de Gran Bretaña. El posterior enfriamiento del continente los fue desplazando hasta el sur, quedando acantonados en la Península Ibérica y Norte de África, de donde volvió a extenderse hasta el norte. En el S. III los romanos los llevaron a Italia, pero en el S. XVI todavía no existían en Alemania, aunque sí han sido citados en algunos conventos, como animales de corral de las comunidades religiosas. En la antigüedad España tenía fama como país de conejos, hasta el punto de que se considera que el nombre de Hispania, de origen fenicio y del que procede la palabra España, deriva del nombre de este animal. Cátulo, llamaba a esta península “Cuniculosa Celtiberia” y en las monedas hispanorromanas de Adriano el conejo figuraba como uno de los símbolos de Iberia (W.G. Foster, 1972). Otra cita histórica curiosa nos viene de la mano de Estrabón, el que refiere la introducción de Hurones en las islas Baleares, para combatir a los conejos que allí proliferaban, tras fracasar las mismas tropas romanas en su exterminio.
El conejo es una de las llamadas especies claves o esenciales de la cadena trófica de la fauna ibérica, de modo que se ha estimado que en mayor o menor medida dependen de él unas cuarenta especies, por lo que se ha considerado a este animal como una especie básica en el conjunto de las especies que integran la fauna del bosque mediterráneo, lo que supone que su desaparición o disminución puede afectar directa o indirectamente a las especies que dependen de él como alimento, tales como el grupo de los carnívoros, sin excepción, aves como las medianas y grandes rapaces diurnas y nocturnas o a reptiles como la culebra bastarda o la de herradura o el lagarto ocelado, además del jabalí y del erizo (Erinaceus europaeus). Aun cuando el caso más llamativo es el del lince (Lynx pardinus), cuya alimentación básica está integrada en un 70/90 % por conejos, de forma que se ha considerado que la causa que más ha influido en la disminución de los linces, hasta colocarlos al borde de la extinción terminal, ha sido la disminución de la población de conejos por las plagas sufridas por este animal, a las que haremos más detallada referencia más adelante (AMPLIAR INFORMACIÓN SOBRE LA INCIDENCIA DE LA DISMINUCIÓN DE LA POBLACIÓN DE CONEJOS EN EL LINCE).
Una de las características más importantes del conejo, es la de su extraordinaria fecundidad y capacidad para reproducirse. De modo que se ha calculado que la descendencia de una sola pareja, que no tenga interferencias negativas para su desarrollo, puede alcanzar la increíble cifra de 1.848 individuos (W. G. Foster, 1972). Clásica en la literatura científica es la cita de un granjero australiano que tuvo la fatal ocurrencia de introducir en Australia tres parejas. A los tres años de su introducción y debido a que el conejo no tenía en ese continente depredadores naturales, los descendientes de aquellos conejos eran ya 14.000.000 de individuos. Desde entonces su población fue en aumento y aun cuando se idearon todo tipo de métodos para combatirlo, incluida la introducción de zorros pero éstos, lejos de solventar el problema crearon una nueva problemática ecológica, al desentenderse de los ágiles y escurridizos conejos y por el contrario afanarse en otras especies más incautas como ocurrió con los marsupiales, que no estaban habituados a la presencia de depredadores, por lo que el efecto aún fue más nocivo y dañino. En estos momentos la población australiana de conejos se estima en unos 300 millones, con graves incidencias en el resto del ecosistema. Donde sí ha tenido la población de conejos una importante reducción ha sido en el viejo continente, siendo en el año 1952 cuando un medicó francés, el tristemente famoso Doctor Armand Delille, inoculó el virus de la mixomatosis a unos conejos que al parecer producían daños en sus viñedos, transmitiéndose el virus de unos ejemplares a otros por los mosquitos y las pulgas de los propios animales. La enfermedad que se creo es de tal virulencia que se extendió rápidamente por toda Europa, detectándose su presencia en el norte de España en el año 1953 y en el sur en el año 1959. Tal fue la mortalidad que ocasionó la mixomatosis que en algunas comarcas murieron entre el 95 y el 100 por ciento de la población de conejos (M. Delibes de Castro, 2001).
Cuando la población de conejos comenzó a recuperarse de este mazazo, hizo acto de aparición otra epidemia: la enfermedad vírica hemorrágica (EVH), producida por un virus también creado por el hombre, que fue descrito por primera vez en China y que en el año 1988 también fue detectado en España (M. Delibes de Castro, 2001).
Las incidencias de una y otra enfermedad se complementan en el conejo, de modo que mientras que la mixomatosis afecta a los conejos de modo fundamental en los meses de calor, la EVH lo hace en los meses fríos. Entre ambas han reducido a un 10 % la población de conejos, que se han visto exterminados localmente de muchos lugares. Para combatir estas enfermedades se han empleado muchos esfuerzos por cazadores y administración, aunque sin un resultado definitivo. Hasta la fecha y contra ambas enfermedades, existían vacunas comerciales que venían siendo empleadas con éxito en las explotaciones de conejo doméstico, sin embargo, debido a que su administración debía ejercerse de manera directa a cada uno de los animales, resultaba ineficaz para controlar estas enfermedades en las poblaciones silvestres de esta especie animal. Ante la problemática detectada y al objeto de encontrar soluciones efectivas a la misma, la Federación Española de Caza se dirigió al Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaría para analizar este tema, firmando ambos Organismos un convenio de colaboración para el desarrollo de una única vacuna contra los dos tipos de enfermedades víricas pensada y desarrollada para el conejo silvestre o de monte, respetando el medio ambiente y su equilibrio.
Un importante avance en la lucha contra la mixomatosis y la EVH puede venir de una vacuna, aun en estudio y por tanto pendiente de la autorización sanitaria, muy rígida en estos supuestos, la llamada vacuna Mixoima-VP60 que actúa contra las dos enfermedades del conejo. La vacuna ha sido probada experimentalmente en la isla del Aire en Menorca, donde había censados una población de 300 conejos, siendo vacunos 75 individuos, destacándose en los informes de seguimiento como todos los conejos vacunados consiguieron la inmunidad frente a esta dolencia, mientras que en el 45 % restante se detectaron anticuerpos. Las pulgas y el contacto entre los propios animales actúan para la propagación de la vacuna de unos ejemplares a otros con un relativo éxito. De modo que durante el experimento hubo un brote de mixomatosis y sobrevivieron tres cuartas partes de la colonia. Según información del Consejo General de Veterinarios de España (Boletín nº 222 de Febrero de 2001) la Agencia Europea del Medicamento ya ha recibido para evaluación el expediente completo de la vacuna Mixoima VP60, contra la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica vírica del conejo (EHV) desarrollada por un equipo de investigadores del Centro de Investigación de Sanidad Animal (CISA), que el INIA-Ministerio de Ciencia y Tecnología tiene en Valdeolmos (Madrid), coordinado por el doctor José Manuel Sánchez Vizcaíno, director del centro La vacuna se ha conseguido a partir del virus de la mixomatosis vivo, cepa 69 18 de baja virulencia, pero con capacidad inmunizadora. Después de realizar varias series recombinantes se le insertó el gen VP60 que inmuniza contra la enfermedad hemorrágica del conejo y del marcador genético DA3. La vacuna no produce ningún tipo de lesión ni efectos secundarios ni en los animales vacunados directamente ni en los animales vacunados por contacto de los primeros, tampoco en madres gestantes.
La transmisión de la vacuna, que ha pasado todas las pruebas impuestas por la Comisión de Bioseguridad, se produce durante los ocho días siguientes a la vacunación y sólo afecta al cincuenta por ciento de los conejos próximos a los inoculados y éstos a su vez la transfirieron al diez por ciento de los conejos no vacunados con los que tuvieron contactos y que ya no pudieron continuar transmitiendo el virus vacunal.
Las características de esta vacuna, de la que el INIA ha presentado una patente nacional y otra internacional y ya ha publicado varios trabajos en revistas científicas de prestigio internacional, la convierten en única en su género, habiendo sido remitido el expediente tanto a la Agencia Española del Medicamento como a la Agencia Europea del Medicamento, y es en éste último organismo donde la nueva vacuna debe ser evaluada y autorizada su comercialización, ya que se trata de ingeniería genética, de una vacuna preparada a partir de un organismo vivo modificado genéticamente. Hasta ahora en Europa sólo existe una vacuna en esta línea autorizada, que es la de la Enfermedad de Aujeszky, aunque no se parecen en nada porque ésta se prepara por dilución de virus mutado. También existen presiones internacionales en contra de su comercialización, ya que a Australia no le interesa que exista una vacuna contra la mixomatosis, virus que los australianos introdujeron en ese continente para controlar de esta forma la proliferación de conejos que en aquellas latitudes son considerados como una plaga.
Lantana camara (Banderita de España)
Hace 12 años
Interesante pero demasiado largo. Faltan imágenes para ilustrarlo.
ResponderEliminarPuff, vaya bodrio primero, seguramente lo habras calcado sin ni siquiera mirarlo de wikipedia y si no es asi de cualquier otra pagina lo que resulta igual de ilegal si quieres hacer un blog interesante y en condiciones te doy un consejo nunca copies imformate leyendo todo lo que puedas sobre el tema y dejar la wikipedia un poquito de lado despues de eso haz un resumen de todo lo que hayas visto y despues lo publicas con fotos o sin fotos como a ti te guste(con esto estoy diciendo que el anonimo de arriba esta muy equivocado ademas de "parecer" Victor que se ha camuflado entre una silueta de anonimo y tildes para criticar yo doy la cara) bueno amitadora de pacotilla ya nos veremos en clase y si eso de Óscar no te queda claro soy Óscar Doello González para que no se diga.
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